5 maneras de aprender jugando

El juego es la manera en que los seres humanos aprenden; ¡lo oíste bien! Para que un niño aprenda, el elemento lúdico es clave. El juego tiene una lista enorme de beneficios, entre habilidades sociales, motrices, cognitivas, lingüísticas y emocionales. A l@s niñ@s les da la capacidad temprana de solucionar problemas de forma creativa, les da resiliencia, autonomía y buen humor. ¿Vale la pena intentarlo, no?
5 juegos para aprender a jugar y jugar a aprender
Rompecabezas
Este juego fomenta la memoria visual y la concentración, además de enseñar mucha paciencia. Pueden jugarlo sol@s o en familia.
Teatro de sombras
Al diseñar, dibujar, recortar, y pegar títeres y figuras hechos de papel, tu niño o niña desarrollará sus habilidades motoras finas. Este tipo de juegos fomentan la empatía y la regulación de las emociones por medio de las historias. Pueden representar cuentos infantiles conocidos o inventar nuevos juntos.
Leer un cuento
La lectura, además de ser un buen hábito, alimenta la inteligencia, la expresión verbal y la imaginación. Desarrolla también la memoria, la creatividad y la comunicación asertiva. Elige libros apropiados para la edad y, si al principio le cuesta hacerlo sol@, háganlo junt@s.
Colorear o dibujar
Los niños comienzan a aprender formas y colores alrededor de los dos años. Te recomendamos poner a su disposición hojas blancas o de colores, crayones, colores y pinturas no tóxicas para que dibujen y experimenten con libertad. También darle gises lavables para que dibujen en el patio puede ser una excelente idea.
Burbujas de jabón
Lo único que necesitas es una sencilla preparación de agua con jabón de cocina y un alambre para formar un círculo del tamaño que quieras para tus burbujas. Con esta divertida actividad podrás explicar a tus hijos algunos conceptos científicos y así alimentar su curiosidad científica.
Es importante mencionar que lo único que necesitamos para mezclar el aprendizaje y el juegos con nuestros hijos es dedicar un poco de tiempo, ya que en realidad cualquier cosa que tengamos en casa se puede convertir en una forma de juego con la que los pequeños podrán aprender y pasar un buen rato de convivencia.